En los años 80, comenzamos como un pequeño taller inspirado en la ternura y la creatividad, experimentando con muñecas de trapo. Pero fue nuestra idea innovadora para el momento —las pantuflas de figuras— la que marcó el comienzo de algo especial.
Así, entre risas, colores y mucho corazón, decidimos enfocarnos en crear pantuflas de fantasía: cómodas, divertidas y llenas de magia. En poco tiempo se convirtieron en un clásico en los hogares mexicanos, reconocidas por su originalidad y la calidez que transmiten.
Con los años, exploramos nuevos materiales y procesos, pero comprendimos que lo más valioso de Luli no está en las máquinas, sino en las personas, en la familia y en la alegría que nuestras pantuflas llevan a cada paso.
Hoy, estamos de regreso.
Volvemos con la misma pasión de nuestros inicios, con nuevas ideas y el deseo de seguir compartiendo comodidad, nostalgia y felicidad con todos ustedes.
Porque cada par de pantuflas Luli cuenta una historia: la nuestra… y la tuya también.
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